Eran las insignificantes 23:23 de la noche cuando ella despertó de su leve sueño sedienta esperando a que llegaran las 00:00 en búsqueda de su captura.
Entre esos minutos que sobrepasaban lentamente recordaba cada noche en la que ella solía divertirse sola o acompañada, y entre ellos se veían pequeños flashes que le venían de repente en su cabeza.
Recordó la última vez que se enamoro, su ultimo beso, las únicas esperanzas que tenia
de que todo saliera medianamente bien.
De inmediato miró el reloj que se encontraba en su coqueta de color negro en el que estaba sentado su gato KiTTo, tiró el despertador de una forma muy brusca hacia el suelo y se rompió en pedazos.
Se oía una gran melodía con titulo Une Epoque Formidable unas de sus canciones que más le gustaban a ella, cojio su guitarra y se puso a tocarla al ritmo de la canción mientras cantaba muy dulcemente.
Mas tarde se puso a componer y le vino una gran frase perfecta que expresaba todo lo que sentía:
Sans toi les émotions d'aujourd' hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois...
Se escucho una puerta entre abierta en ese instante y entro un anciano que al oír esa frase le dijo: Usted no tiene huesos de cristal, podrá soportar los golpes de la vida. Si deja pasar la oportunidad, con el tiempo su corazón se ira volviendo seco y frágil como mi esqueleto. ¿A qué espera?, ande, vaya a por él.
Al oír lo que le dijo ese gran anciano tan sabio se quedo tan estupefacta que no podía moverse.
Oyó un ruido que se escuchaba tan cerca y resulto que estaba encadenada sus piernas no sabia como había ocurrido había sido tan repentino que no se había dado cuenta, en ese instante el anciano no estaba.
KiTTo se acerco a ella y le entrego una nota con una letra que apenas se entendía en ella ponía: Que tenia que cortarse los pies para quitarse esas cadenas y tenia que hacerlo lo mas rápido posible antes que su corazón se volviera seco y frágil.
Pensó: Que ella preferiría tener el corazón seco frágil y moribundo antes que cortarse los pies.
Pero no negó en hacerlo rompió el cristal de la ventana de su cuarto con una piedra cojio los restos de cristales que había en el suelo y empezó a cortarse los pies lentamente mientras no paraba de chillar.
Al terminar sus pies se regenaron , se asomó a la ventana y vio al anciano riéndose con muchas ganas tantas que se asfixio y se cayo al suelo.
Y ahí ella se rió sin parar.
Ya eran las 0:08 de la noche, hora de cazar,la hora de capturar a alguien, y de jugar a un juego en el que la mayoría de la gente no agradece seguir con vida.
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